Estudiantes:   Antes de venir acá, nosotros debemos familiarizarnos con el tema de lo que nos tocaba en la charla.  Muchas veces la vida privada de un magistrado también  repercute en su forma de ser al momento de tomar las decisiones, y todos saben que así como es él en su vida personal, así mismo actúa como juez. ¿Cómo considera usted que debe ser un magistrado o juez respecto de su vida privada, ya que esta de igual modo se refleja en su manera de ser como juez? Magistrado Solís: Bueno, esto te trae a un tema, que es el tema de la ética.  La vida privada de cualquier funcionario repercute en su vida pública.  Por eso es importante que cuando se va a escoger a un funcionario para un cargo público, conocer su vida privada.  Conocer su vida privada implica conocer además, qué dice, qué hace, porque tiene que haber congruencia entre lo que dices, que es lo que piensas, y entre  lo que haces.  Si no hay congruencia  en la vida de una persona entre lo que dice y hace en su vida privada, no va a haber congruencia en su vida pública.  Y terminas estafando al público. Entonces, tienes que analizar funcionarios de gobierno y funcionarios, jueces y magistrados; funcionarios de decisión  en el Órgano Judicial que resuelven conflictos.  De Gobierno es distinto porque tienen un jefe y tienen que seguir una política que les viene de su partido o de su Gobierno; eso es lo correcto, eso es lo normal, seguir y ser fiel a esa forma de pensar.  Por eso están en esos puestos, ya sea por elección o por designación. Pero los magistrados y jueces son los que deciden los conflictos.  Entonces, ellos deben tener una ética en su vida privada que se vea en su vida pública; no una ética de apariencia sino una ética de una convicción, de una certeza de que tiene unos principios firmes; de allí que sea sumamente importante evaluar lo que son los principios de cada persona, que si esos principios, esa ética individual coincide con la moral social, entonces ahí hay una congruencia, ahí hay una armonía social y hay una tranquilidad para la sociedad. Si la ética individual de una persona no coincide con la moral colectiva, entonces hay distorsión.  Por eso es sumamente importante lo que haces en tu vida privada y lo que haces en tu vida pública. Ahora, no es solamente el tema de guardar apariencias, es el tema de ser realmente, no es de aparentar solamente; las apariencias son importantes, pero si solamente eres apariencia, no eres esencia.  Entonces, eres un engaño, eres un fraude.  Es más importante ser que aparentar.Yo, por ejemplo, soy una persona que rompo estereotipos. Porque yo soy original, yo soy auténtico.  Yo no creo que el cargo hace a la persona; la persona hace al cargo.  Tú tienes una personalidad que se la imprimes al cargo.  Y uno tiene que estar clarito de qué se espera de uno en el desempeño de un cargo, y si tú aceptas el rol que debes desempeñar, entonces, agrégale coherencia, congruencia entre lo que piensas  y entre lo que vas a hacer. Estudiante: ¿Cómo cree que debe actuar un juez cuando otro juez ya ha dictado una  sentencia, y la apelan? Magistrado Solís: Son temas que tienen que ver con la independencia.  Ahora mismo hay una propuesta del presidente de la Corte –no sé si están al tanto de eso-esta semana la Corte fue a la Asamblea a presentar una iniciativa legislativa para que el Pleno de la Corte Suprema de Justicia, es decir, cinco magistrados, de cuatro en un Pleno de nueve, puedan tomar la decisión de separar a jueces y a magistrados de tribunales inferiores.  A los de la Corte Suprema de Justicia serían los magistrados de los tribunales superiores o de otros tribunales como los marítimos, o los de familia. Esos magistrados podrían ser separados por el Pleno de la Corte Suprema de Justicia cuando ellos consideren necesarios. Cada juez tiene que actuar de acuerdo a su convicción personal.  Por eso es importante que se sepa qué piensa, pues, cómo ha actuado, qué ha escrito cuando no lo es, antes de serlo, para saber, más o menos tener certeza, seguridad de para dónde va.  Por ejemplo, si estamos hablando de Derecho Penal y una persona que está en contra de los beneficios a los presos, entonces tú sabes que esa es una persona que ha demostrado en su vida que no cree en los derechos humanos, sino que cree en el castigo, en una era donde se espera que los jueces administren justicia penal “in dubio pro reo”; si hay una duda, beneficias al reo.  Que los jueces vean el sistema como un sistema garantista, defensor de los derechos humanos. Tú sabes que ese juez va a romper esa continuidad que se espera en la modernización y evolución del derecho.  Entonces, tú dices: a esa persona no la podemos nombrar como juez, aunque reúna los requisitos mínimos formales.  Pero las decisiones de un juez deben ser tomadas por él, a conciencia, en su libre albedrío y su sana crítica fundamentado en los hechos, no en lo que él cree o en lo que él sospecha o lo que su corazón quisiera.  Un juez  tiene que saber divorciar su corazón de su mente. Pero la filosofía del Derecho nos va a llevar a entender que toda decisión debe fundamentarse en la ley, pero la ley tiene que fundamentarse en el derecho natural, en los derechos humanos, en los principios que le dan origen, y si por alguna razón encontraras una contradicción o una situación de injusticia, al aplicarle la ley y el derecho positivo a un hecho, entonces acude a los principios sustentadores de todo el sistema, acude a la equidad, acude a normas superiores para hacer siempre justicia, siempre que se logre el principio de la justicia. Si a un juez le apelan su decisión, –a la mayoría de los jueces le apelan sus decisiones—porque hay dos partes,  y a una parte no le gusta, eso va a un tribunal colegiado superior; ese tribunal superior que revisa la decisión de un juez, lo que tiene que hacer es respetar el criterio del juez inferior, aunque esté equivocado.  Lo que hace entonces,  es que lo educa y lo enseña con la sentencia, por dónde debe caminar en el futuro.  Pero cada uno debe tener la seguridad que puede tomar sus decisiones sin preocuparse de si le gustan o no le gustan a sus jefes o a sus superiores, porque cada uno, el que administra justicia con la paz de una conciencia libre.  Eso es fundamental. Estudiante: ¿Cuál cree usted que es el defecto más común entre los jueces y magistrados y de qué manera se pudieran corregir? Magistrado Solís: Es talvez un poco difícil generalizarlo, pero la percepción de la ciudadanía en todas las encuestas que se hacen, es la mora; los jueces se demoran en resolver los casos porque se les van acumulando.  Entonces, uno tiene que analizar, cuando uno es jefe de un despacho uno tiene que ser gerente del despacho, tiene que actuar con una mentalidad gerencial, empresarial; no buscando lucro ni beneficios, sino administrando eficientemente el despacho. Entonces, uno tiene que analizar el volumen de trabajo que yo tengo, cuántas horas hábiles del día tengo para trabajar, y dentro esas horas hábiles que tengo en el día para trabajar, cuántas decisiones debo tomar; cuántas son de menos trámites, cuántas no requieren un pronunciamiento de fondo importante y cuántas requieren un tiempo prudente para razonar. Entonces, uno tiene que decidir: a mí, ocho horas del día no me alcanzan, entonces yo tengo que trabajar más de ocho horas al día. Estudiante: ¿Fuera del trabajo o en la oficina? Magistrado Solís:  En la oficina; yo aquí en mi oficina para las elecciones trabajamos veinte horas al día, trabajamos sábados y domingos; y todo el mundo viene con una mística, con una vocación, con un entusiasmo.  Por eso,  uno va educando al personal.  Un defecto de los jueces, muy común es la mora, se demoran en resolverlos, porque solamente trabajan como empleados públicos, entran a una hora, salen a otra, entran a otra hora, salen a otra hora.  Punto. Estudiante: Como robots. Si ellos quieren trabajar más de las horas, ¿no les pagan extras? Magistrado Solís: No les pagan horas extras, es vocación.  Yo siempre he dicho:  si a ti te gusta, si tú estudias lo que te gusta nunca vas a trabajar; tú jamás vas a trabajar si estudias lo que gusta y haces lo que te gusta, y la gente no va a entender por qué estás tan feliz haciendo lo que estás haciendo, que te gusta, porque no lo ves como un trabajo, no lo ves como una obligación, lo ves como un “hobby”, lo ves como algo natural. Yo me levanto a veces en la madrugada, porque mi subconsciente está pensando en decisiones que tengo que tomar, y me siento a escribir tres, cuatro horas en la madrugada.  Me despierto a la una de la madrugada y me vuelvo a acostar a las cinco de la mañana, me paro  a las siete y me vengo para la oficina.  Duermo dos horas, antes puedo haber dormido dos horas más, a veces duermo cuatro horas.  Eso a mí no me molesta porque eso algo que me apasiona.  Me gusta leer, me gusta escribir, y cuando estoy haciendo eso, me gusta ponerme a pensar, a razonar y a filosofar sobre qué hay detrás de… y en el fondo de cada cosa, cómo protege el bien superior. Todo este tipo de cosas para mí no es trabajar, para mí es como hacer deporte. Estudiante:….(No se entiende lo que pregunta) Es un tema que tuve que conversar  con mi familia, con mi esposa.  Dije:  tengo esta oportunidad de este cargo, pero requiere de un sacrificio mío, y quiero compartir contigo tu voluntad de ese sacrificio, porque no puedo sacrificarme yo solo si tú no me acompañas en esto.  Por eso es muy importante también involucrar a la familia cuando uno toma decisiones que tienen trascendencia en la vida personal de uno. Estudiante:   ¿Para usted qué es ser magistrado, si pudiere definirlo en una sola palabra, cuál sería y por qué? Magistrado Solís:  ¿Qué es ser Magistrado?  ¿Verdad, una sola palabra? Es una vocación, hay que entender lo que significa  ser magistrado, hay que sentir qué significa ser magistrado para sentir esa vocación. Hay personas que se hicieron magistrados porque tienen el título, pero como vocación requiere sacrificio, requiere que tú dejes de hacer cosas que te gustan porque quieres hacer cosas que tienen que hacerse, requiere que enjuicies siguiendo los principios rectores de la naturaleza, eso es lo requiere, no lo que tú sientes ganas de hacer. Como  ser humano,  como un sujeto personal tú puedes estar inclinado a hacer lo que te gustaría, pero como magistrado tienes que tomar decisiones que no necesariamente te gustan, tienes que hacer lo correcto. Es una ocasión que requiere que practiques, primero que conozcas y después que practiques las virtudes. Les recomiendo que selean “La Ética” escrita por Aristóteles, lean y léanla varias veces.  Si uno practica las virtudes en su vida, entiende de dónde vienen las virtudes, por qué surgen las virtudes y para qué son las virtudes, van a lograr lo que toda persona quiere.  Todas las personas quieren una sola cosa: ¿qué quieres tú? Estudiante: Ser feliz Magistrado Solís: Exactamente, exactamente.  Todas las personas quieren ser felices. ¿Cómo eres feliz? Estudiante: Dependiendo de lo que yo quiera… Magistrado Solís: Al final del día todas las personas quieren ser felices.  El ultraarchirrico que vive en jets supersónicos de lujo, en limusinas, en hoteles, en negociaciones y transacciones multimillonarias en este mundo globalizado queda lo mismo que el más pobre que no tiene las soluciones básicas resueltas; todos quieren lo mismo, todos quieren felicidad., todos logran la felicidad  por medio de las virtudes.  El que no sabe eso, no lo sabe.  Si conoces lo bueno, deseas lo bueno. (Curso de Introducción al Derecho, Entrevista Eliska Batista)