El Cuerpo de Delegados Electorales, conocido como los ‘guardianes civiles de la democracia panameña’, cumple el próximo domingo 10 de enero 25 años de fundación. Fue creado mediante el Decreto N.° 2 del 10 de enero de 1991. Estos ciudadanos son héroes anónimos que trabajan ad honórem, a fin de mediar en los conflictos que se presentan en los procesos electorales del país. Son los ojos y oídos de los señores magistrados, además el hilo conductor para lograr la paz y armonía en los procesos electorales y alcanzar unas elecciones puras y transparentes. Al respecto, el magistrado presidente Erasmo Pinilla Castillero manifestó que “con el paso de los años la figura del delegado electoral se ha visto fortalecida no solo por su labor en el desarrollo de las elecciones generales, sino en los comicios internos de los partidos políticos”. Esto se debe a la incansable labor mediadora que tienen para resolver conflictos políticos electorales a través del diálogo; por esto, se han ganado la confianza de la ciudadanía, los miembros de los partidos políticos y la sociedad civil. El presidente del Cuerpo de Delegados Electorales, Fausto Fernández, indicó que como “amables componedores” garantizan que los partidos políticos y la ciudadanía en general celebren con tolerancia la fiesta electoral, sacrificando a su familia con la única retribución de haber servido al fortalecimiento de la democracia en Panamá. Por la labor ad honórem cumplida durante cinco elecciones generales (1994, 1999, 2004, 2009 y 2014), en dos elecciones parciales (1991 y 2014) y tres referendos (1992, 1998 y 2009), son considerados y reconocidos como héroes anónimos de la nación. Cabe destacar que dentro de los requisitos que se requieren para pertenecer a las filas de esta organización están: ser mayor de 18 años, no estar afiliado a ningún partido político y no haber sido condenado por la comisión de delitos comunes o electorales. Los delegados electorales son nombrados exclusivamente por los magistrados. Esta organización surge en Panamá como una réplica del modelo de los delegados electorales, desarrollado en la hermana República de Costa Rica por el Tribunal Supremo de Elecciones.