Muy buenas tardes damas y caballeros. Hoy nos convoca un propósito sublime, noble y universal: honrar a un servidor voluntario y apasionado por la prevalencia de la justicia, equidad y tolerancia en las escogencias democráticas de líderes y autoridades, tarea donde muestra su vocación. Me refiero al delegado electoral panameño. El 10 de enero de cada año fue declarado por la Asamblea Nacional mediantela Ley 46 del 14 de octubre de 2016 como el Día del Delegado Electoral. Y en esta fecha tan especial para el Tribunal Electoral, sus máximas autoridades y para la sociedad panameña, quiero en nombre de todos hacer un reconocimiento público a esos 622 hombres y mujeres que desde 1991 y por 26 años, han puesto al servicio de la Patria y la democracia su trabajo ad honorem, a través del diálogo, la observación, la mediación, la negociación para resolver las diferencias y conflictos que surgen al calor de las campañas políticas y proselitistas de las diversas organizaciones políticas. Este modelo de servidor ad honorem fue emulado de nuestros colegas del Tribunal Supremo Electoral de Costa Rica, de donde se trajo la figura y se adaptó a la realidad nacional. Poco a poco, el delegado electoral ha ido alcanzando nuevos retos y también muchos reconocimientos; prueba de ello, el evento que hoy nos convoca. Estos héroes nacionales; nacionales porque están diseminados a lo largo y ancho del país,  se han ganado el respeto y reconocimiento de la sociedad panameña y de las autoridades por su trabajo prístino, transparente y en defensa de  las leyes electorales, y el respeto a la voluntad popular, emitida a través del sufragio. Ellos han contribuido al desarrollo armónico  en cinco elecciones generales, tres referéndums, dos elecciones comarcales y en varias elecciones parciales e internas de partidos políticos. También su presencia ha sido solicitada por instituciones y organizaciones de la sociedad, tales como universidades y gremios. Estos servidores de la democracia son los representantes directos de las autoridades electorales; velan por el fiel cumplimiento de las leyes electorales; interceden ante las autoridades nacionales; denuncian las faltas y delitos electorales. Realizan su trabajo con apego a los valores y a la imparcialidad, tarea que como comprenderán no es fácil, pero que mezcladas con las herramientas del diálogo y la conciliación, permiten la convivencia pacífica de las partes en disputa. Somos de la concepción de que la Nación está en deuda con estos hombres  y mujeres, que han contribuido desinteresadamente y con altruismo a regalarnos varias décadas de vida en democracia. Hoy les expreso, en nombre de mis colegas magistrados y de la Patria, nuestro eterno agradecimiento por la labor desarrollada. Panameños como ustedes hacen la diferencia entre vivir en libertad y democracia, o vivir en la opresión y la injusticia. Ojalá esta celebración y reconocimiento convoque a más panameños a emularlos y a incorporarse al Cuerpo de Delegados Electorales como garantes para que los futuros procesos electorales  se desarrollen dentro de los cánones de transparencia, justicia y equidad. “Aquellos que se manejan con moralidad, integridad, consistencia y valores no  temen a las fuerzas de la inhumanidad, de la crueldad ni de la soberbia, pues los guían los principios del bien común, la paz y la tolerancia”. Finalmente, quiero dar un agradecimiento especial a Roberto Lombana, Manning Suárez, Juan De La Guardia, Flavio Méndez y Fausto Fernández, quienes han dirigido y guiado al Cuerpo de Delegados Electorales en  distintos periodos, consolidando su trabajo y reputación, hasta alcanzar el reconocimiento nacional e internacional. Apreciado Fausto Fernández, actual presidente del Cuerpo de Delegados Electorales, usted al igual que sus antecesores, han consolidado un valioso equipo de panameños y panameñas quienes de forma desinteresada dejan a un lado sus quehaceres y hasta su hogar para servirle a la Nación, haciendo valer nuestro lema: “La Patria la hacemos todos”. . ¡Muchas gracias!