No somos ilusión ni fantasía que surgimos de la nada, en este momento de alegría que dedicamos a celebrar nuestro origen, nuestra cultura y tradición hacemos una pausa mirando al pasado que hemos recorrido para intentar comprender el futuro que nos depara el devenir. No somos producto de hechos aislados ni desorganizados por el contrario somos un eslabón en una cadena de eventos que se suceden unos a otros entrelazados en el tiempo y el espacio cual notas musicales de una armoniosa sinfonía que como himno resuenan hoy por siempre. Surgimos de las entrañas de la tierra, nos levantamos del fondo del mar para calentar el planeta  re-direccionando la ruta de los primeros vientos, que con su nuevo soplar permitieron la evolución de las especies, en particular la humana que nos hermana. Desde nuestros orígenes en este territorio en forma de Istmo, que ha servido de puente desde tiempos precolombinos para unir los pueblos originarios de las Américas y que, curiosamente al haber sido dividido unió los dos Océanos,  hemos tenido bien clara nuestra vocación de servicio. Mas que tolerar celebremos la biodiversidad, causa de la argumentación ilustrativa del disenso; indispensable en los debates que sirven para perfeccionar la democracia deliberativa. Una Nación que ha nacido de la convergencia de muchos y variados “distintos y diferentes” somos un crisol de razas que han pasado por esta tierra, para quedarse marcando sus huellas enriqueciendo nuestro patrimonio, maravilladas con la belleza de nuestra simplicidad y natural despreocupación tropical. Que la satisfacción individual con la que retumbamos nuestro propio tambor, que nos hace sabernos dueño de una autenticidad especial, se agrupen en un conjunto típico de lo nuestro para que cada uno aporte su sonido al debate nacional y su mirada reflexiva, para que juntos como un todo formemos la visión de respeto y tolerancia que queremos para las próximas generaciones de demócratas que compartirán las mieces de la civilización del amor. Por ello esta fiesta es apropiada para recordar a quienes nos precedieron, no sólo como próceres, sino también como simples compatriotas, por que hicieron  posible el fervor que abrazó las pasiones de aquel ánimo separatista, que nos permitió la libertad de crecer como un pueblo identificado con la causa superior del “servicio para beneficio de todos”. Así mismo rindo homenaje a las personas que sirven al país desde el tribunal Electoral, quienes a no dudarlo se han ganado el, reconocimiento,  respeto y aprecio de toda la Nación. Con orgullo propio de un corazón enardecido por el fulgoroso bracero del agradecimiento les tributo un bien merecido LOOR a todos y todas mis acompañantes colaboradores en esta jornada de servicio público que adelantamos consientes de que “LA PATRIA LA HACEMOS TODOS” Gerardo SolísMagistrado Presidente