Respetados conciudadanos: El regocijo que nos embarga a todos los panameños por la conmemoración del aniversario 111 desde que alcanzamos la anhelada separación  y entramos con fuerza en  la vida republicana, –lo que significó, a su vez, independencia en  otros muchos aspectos del quehacer nacional –, debe no solamente ser signo de identificación y de orgullo para todos los panameños,  sino también  un compromiso imperecedero por salvaguardar y enaltecer con nuestros actos diarios los más altos valores que representan a la Patria, a la Democracia y a la Libertad. El calendario histórico de la nacionalidad -para usar una expresión muy propia del desaparecido historiador panameño Jorge Conte Porras- nos pone frente a  la trascendencia de los hechos del 3 de noviembre de 1903, un siglo y once años después, para que los  ciudadanos de este siglo hagamos una revisión minuciosa del hecho histórico y sus repercusiones en el Panamá libre y democrático del que hoy disfrutamos, pero sobre todo de una nación que se  autodefine en su soberanía territorial, política, jurídica, económica y administrativa y avanza por sus propios senderos hacia la configuración de una sociedad más justa. Ese Panamá soñado, idealizado por siempre por las muchas generaciones de conciudadanos  que nos han antecedido, se encuentra en la fuerza motriz que ha movido a hombres y mujeres llenos de ideales y empeñados en el progreso y la autoproclamación de la majestad de la Patria, tal como lo creyeron los que con pujanza, heroísmo y talante nacional y nacionalista pusieron  todas  sus energías y su vitalidad para permitir que este pequeño, pero atesorado territorio, alcanzase por fin la victoria. Que los 111 años de vida independiente -vida no solamente republicana, sino también de presencia significativa y activa en el consorcio de las naciones del mundo, que desde entonces nos ha reconocido como tal- nos permitan  valorar y comprender que la historia es más que una simple sucesión de  hechos: significan   eslabones de una amplia cadena de  eventos que se relacionan entre sí. Por ello, el Tribunal Electoral,  consciente de la importancia de estas fechas, y consciente también de que la Democracia es uno de los más altos y significativos valores de la vida nacional,  quiere unirse a esta conmemoración y exhortar no solamente a todos sus colaboradores a convertirse en ejemplo de vida con su hacer diario y su compromiso con la Nación, sino hacerlo también extensivo a todos los ciudadanos de este país, al que esta institución de clase única sirve con vocación. Panamá se vive en cada uno de sus rincones y en cada una  de las muchas facetas de la vida nacional,  a través de la participación de cada uno de los panameños que con su ejemplo hacen patria y la enaltecen todos los días.  Una fecha como la actual es un hito en nuestro discurrir para reflexionar acerca de este mismo compromiso de panameños y seguir adelante, con más ahínco, vitalidad y  empeño. ¡Que viva Panamá!